LA NEUROSIS EN LA TERAPIA
GESTALT
En la Gestalt no existe en la neurosis como término de
patológico, sino como un mayor o menor grado de consciencia del individuo, esto
es como lo describe Peñarrubia, en términos de polaridad, sería un
oscurecimiento de la consciencia, un deterioro del “darse cuenta” con
diferentes grados según el nivel de consciencia del individuo.
“Yo considero que la
neurosis es síntoma de una maduración incompleta. Esta idea podría conducir
hacia un nuevo enfoque de la neurosis: considerarla desde un punto de vista
educacional en lugar de un punto de vista médico”. (F.Perls)
Segú Perls la neurosis es el resultado de que el individuo
interrumpa los procesos en curso (esto es en el presente) cargándose de
situaciones inconclusas que lo abocan a imposibilitarle el proceso de vivir.
Podemos entender la neurosis desde dos aspectos:
1.
El
ser humano es un ser relacional. Esto es que necesita de contacto con el medio.
2.
La
relación entre el individuo y el medio está en constante cambio.
En base a estos dos aspectos podemos hablar de las
perturbaciones del contacto/retirada. En relación al primer aspecto, el
individuo es reflejo de su relación con el ambiente, dentro del campo
organismo/ambiente esta relación da coherencia a la concepción del hombre como
individuo y ser social. En relación al segundo aspecto es justamente el
constante intercambio y contacto del individuo con el entorno, que lo llevará a
reaccionar ante él en base a diferentes mecanismos neuróticos.
Rasgos de comportamiento de un neurótico:
·
El
neurótico no sabe diferenciar entre el sí mismo y el medio.
·
No
reconoce sus propias necesidades y si las reconoce no es capaz de satisfacerlas
o se auto-sabotea con algún mecanismo neurótico.
·
No
reconoce los límites del contacto entre sí mismo y el medio (contacto retirada)
·
No
es capaz de darse cuenta de cómo y para qué actúa como lo hace.
·
No
vive en el presente.
“Un neurótico, su ritmo de contacto- retirada está descompuesto. No puede
decidir por sí mismo cuándo participar y cuándo retirarse, porque todos los
asuntos inconclusos de su vida, todas las interrupciones de los procesos
transcurridos, han perturbado su sentido de orientación…El hombre que puede
vivir en un contacto significativo con su sociedad, sin ser tragado
completamente por ella y sin retirarse completamente de ella, es un hombre bien
integrado”.(Perls 1976)
Tal como menciona Perls(el enfoque
Gestáltico p.53) “…el paciente viene en
busca de tratamiento porque siente que está en una crisis existencial, es
decir, siente que las necesidades psicológicas con las que se ha identificado y
que son tan vitales para él como su aliento, no están siendo atendidas en su
modo actual de vida.”
Esto lleva al individuo inefablemente
a manipular el entorno para conseguir de él lo que necesita a través de la
manipulación, que movilizan y usan el ambiente para que el trabajo que le
corresponde a él lo hagan otros. Estos mecanismos manipulativos pueden ser
sumamente refinados y sutiles, cosa que no será admitido por el cliente que
siempre estará en busca de un culpable de su “desdichada” existencia para así
no auto-responsabilizarse de sus acciones y decisiones.
Los mecanismos manipulativos son de
lo más variopinto (mentir, embaucar, ser sumiso, pintarnos un mundo color de
rosa, etc), todo depende de la dificultad que tenga el cliente en el contacto
retirada con el entorno y su nivel de frustración ante él.
En este proceso neurótico, el cliente
puede presentar lo que Perls define como catexis
negativa, esto es el temor fantasioso del cliente de que la terapia aún
empeore su situación, haciendo que pierda el “sólido” suelo bajo sus pies. A
esto lo llamaremos resistencia, sin
embargo ésta no es negativa siempre y cuando el terapeuta no la desapruebe y la
rechace; recordemos que el cliente es un experto en manipulación del ambiente
(tiene pánico a ser rechazado) y sabe defenderse frente a la desaprobación,
cosa que hará sin dudarlo y de esta manera entraríamos en el juego neurótico
resistencia/defensa.
Es importante señalar que el cliente
se ha esmerado mucho en construirse una autoimagen, un auto-concepto y desde
éste actúa y defiende su territorio. A menudo es erróneo lo que se explica de
sí mismo, llevándolo a la afirmación de que esta auto-imagen no le proporciona
ningún auto-apoyo, necesitando constantemente de la aprobación del entorno y
haciéndolo caminar por el sendero de la confusión.
“La verdadera naturaleza del hombre, como la verdadera naturaleza de
cualquier otro animal, es la integridad…El darse cuenta de y la responsabilidad
por el campo total, por sí mismo como también por el otro, le dan significado y
configuración a la vida del hombre.”(El enfoque gestáltico.p.58)
Podemos decir que la neurosis se
desarrolla cuando los mecanismos de contacto con el entorno se alteran, cuando
no están claros o la auto-regulación no es la adecuada. El neurótico no puede
ver cuáles son sus necesidades y consecuentemente no las satisface. Sin embargo
hay dos extremos, por ejemplo, en el caso de un contacto nulo o un contacto
extremo están en ambos casos distorsionado; Perls los menciona como el
neurótico inhibido y el criminal psicópata respectivamente.
“El tomar una decisión concreta y eficaz es fundamental para satisfacer
las necesidades más primordiales. Cuando la discriminación no es buena y la
persona no hace buen contacto con el ambiente ni se retira adecuadamente, ambos
se ven afectados. Y a partir de aquí, empiezan a aparecer los síntomas o signos
que podemos percibir en el mal funcionamiento organísmico…implantación
progresiva de la neurosis.”(Manual
práctico de psicoterapia Gestalt p.106)
La neurosis provoca algunos síntomas
característicos, como por ejemplo:
·
Percepción
distorsionada de la realidad.
·
Angustia,
que incluso se puede llegar a somatizar.
·
Conductas
auto-negativas como punitivas o destructivas.
·
Aislamiento
social.
·
Auto-interrupciones
de la experiencia con aumento de la frustración, sufrimiento y angustia.
Ángeles Martín menciona los diferentes estratos de la
neurosis definidos por Perls(1975)
·
Estrato
falso.
·
Estrato
fóbico.
·
Estrato
impasse.
·
Estrato
implosivo.
·
Estrato
explosivo.
Estrato falso: representa aquello que no somos.
Representación de roles según el momento. Lo que representamos puede ser creado
por nosotros o por los demás.
Estrato fóbico: En este estrato nos ocultamos de las
dificultades y de las experiencias desagradables que produciríamos vernos tal
como somos(perezosos, mentirosos, irritables…) así que negamos lo que somos y
tratamos de ser tal o cual manera. Este estrato es tan evitativo que se puede
llegar al aislamiento.
Estrato impasse: aquí la sensación es de no estar vivos, tal
fuéramos un robot. La sensación es de estar atascado, de ser manipulables. En
este estrato la persona es capaz de estar aferrada a una especie de mal humor o
sin expresividad convirtiendo la existencia un calvario.
Estrato implosivo: aquí el individuo se ha volcado totalmente
hacia sí misma, se ha inmovilizado, indiferencia por todo lo afectivo. Letargo
emocional, como un zombi andante con total indiferencia por todo.
Estrato explosivo: en este estrato se produce el paso de lo
neurótico. Se pasa de la implosión a una explosión de vida, de energía, de
alegría, plenitud y sus formas de expresión según Perls son: la alegría, la
aflicción o llanto, el orgasmo y la ira o rabia. En todo caso es la
movilización de lo que no se movía en el estrato implosivo.
El individuo neurotizado utiliza unos mecanismo de
“supervivencia” que le ayudan a conseguir lo que quiere del entorno. Así éste
hará el “trabajo” por él.
Estos mecanismo son (Perls 1975):
·
La
introyección.
·
La
proyección.
·
La
confluencia.
·
La
retroflexión.
La introyección consiste
en incorporar sin ningún tipo de filtro selectivo lo que recibimos del entorno.
Esto hace que no lleguemos a integrar lo que nos llega y simplemente “tragamos”
de manera pasiva tal información.
Dentro de los introyectos nos podemos encontrar con los
mandatos y creencias familiares, las cuales se han estado escuchando desde la
infancia y pasan a formar parte de la identidad como verdades. Un ejemplo
podría ser “la vida es muy dura”, que hace referencia a lo que le espera al
individuo cuando decida “salir” de casa de los padres o “no te puedes fiar de
nadie”; con esta afirmación la familia pone al individuo en un contexto de que
está solo ante el mundo, que es peligroso pedir ayuda o más concretamente
vincularse con el otro.
Freud distinguía dos tipos de introyectos, uno total y para
él patológico y otro parcial el cual decía que era positivo como base para
construir el ego.
Tal como menciona Peñarrubia(2008) Perls es radical en temas
de introyectos:
Yo sostengo que cada
introyecto, sea parcial o total, es un concepto extraño en el organismo. Sólo
la destrucción completa, como preparación para la asimilación, aporta algo al
mantenimiento y al desarrollo del organismo.
Aquí podemos citar para ilustrar, lo que sostenía Perls, la
archiconocida metáfora de la manzana: Si coges una manzana y te la tragas
entera te dañará, sin embargo la coges y la masticas(la destruyes) podrás
asimilar los nutrientes que ella te aporta.
La proyección es
la otra cara de la introyección. En este caso se le coloca a los demás lo que
nos corresponde a nosotros, esto es, de hacer responsable al mundo de lo que
surge en nosotros.
Perls (1976): El
proyector no sólo tiene la tendencia a desposeerse de sus propios impulsos
(achacándoselos a los demás) sino que también se desposee de aquellas partes en
donde se originan dichos impulsos.
El individuo proyecta sentimientos, intenciones o acciones de
los que no se hace responsable, esto es, “ me odia, lo veo en sus ojos”, “en mi
trabajo me obligan a rendir al máximo”.
La consecuencia de la proyección es que la persona acaba
desapropiándose de su propio cuerpo, de sus sentidos y pasa a vivir en una
especie de inconsciencia de lo proprio.
Come comenté anteriormente, la proyección y la introyeción
son dos caras de la misma moneda, esto es, si primeramente se ha “tragado” que
“tiene que ser trabajador”, luego proyectará “es que me obligan a trabajar” o
criticando a los vagos, parados, etcétera por ejemplo.
La confluencia
Consiste en la pérdida de límites entre unos mismo y el entorno, mimetizándose
con lo de afuera. El confluyente se queda pegado en el entorno, siendo incapaz
de diferenciar qué es lo propio y qué es del otro, llegando a comulgar con
ideologías, maneras de ser del otro.
Como menciona Peñarrubia:
La confluencia implica
la no-existencia, o el no darse cuenta, de los límites. La confluencia en el
adulto es fijación sadomasoquista disfrazada de amor. El odio es la codicia
frustrada de confluencia. El contacto es la apreciación de las diferencias.
Peñarrubia compara la confluencia con el estar en el útero,
donde el individuo evita el riesgo de la diferenciación. Aquí podemos encontrar
las creencias (introyectos) derivados de un entorno castrador como por ejemplo una
madre que le haya repetido al hijo “con ese carácter no llegarás muy lejos”. Lo
más habitual es que la persona asimile que no es bueno ser como se es y que
pase a mimetizarse con el entorno en busca de aceptación.
La retroflexión
consiste en hacerse a uno mismo lo que le haríamos a los demás. Es un mecanismo
donde el límite con el entorno no se traspasa y se acaba volviéndose contra sí
mismo como lo definió Freud.
El retroflector sabe
como marcar la línea de demarcación entre él y el ambiente, dibujando una línea
clara y nítida…pero la traza por el medio de sí mismo…Deja de dirigir sus
energías hacia afuera en un intento de manipular y llevar a cabo cambios en el
ambiente que satisfagan sus necesidades; más bien reorienta su actividad hacia
dentro y sustituye el ambiente por el sí mismo como objetivo del
comportamiento. Perls(1976)
Los retroflectores son autopunitivos, esto es lo que
retroflectan son los sentimientos negativos. Esto hace que en vez de expresar
la rabia hacia el otro, la retroflectan y la dirigen hacia ellos, sean con
somatizaciones, auto-lesionándose, auto-despreciándose, infravalorándose,
etcétera. Perls decía que las retroflexiones más importantes son el narcisismo,
el autocontrol, el odio hacia uno mismo hasta llegar a la más peligrosa como es
la autodestrucción.
Perls decía:
“La necesidad de
aprender a distinguir los peligros reales de los imaginarios, pues el no saber
distinguir lo uno de lo otro, es lo que nos lleva a considerar y “evitar” en
una situación dada como peligroso lo que no es”
La persona desde el propio vientre de la madre, va recogiendo
información del entorno, va creando una configuración de lo que hay, formando
así una primera cuadrícula de lo que será el mundo extrauterino. Una vez
nacido, el futuro adulto se relacionará con el entorno, irá recibiendo
información, la cual estará procesada con las configuraciones que se vayan
realizando a lo largo de los años. Recordemos que nacemos inmaduros y son los
estímulos que recibimos del entorno los que nos madurarán con una u otra
configuración. Es aquí que una vez más la memoria de supervivencia, llevará al
individuo a desarrollar los mecanismos de defensa a fin de recibir del entorno
aquello que necesita o en todo caso utilizar algún que otro mecanismo para
explicarse a sí mismo la historia que mejor le vaya.
Esto nos pone de manifiesto que el individuo no tiene un
desarrollo sano desde el auto-apoyo, desde la auto-responsabilidad. En un mundo
donde la manipulación es lo más parecido a la realización de los propios
deseos, queda claro que el camino de la Gestalt, viene acompañado de una
necesidad de cambio consciente de la propia persona. Cuando la neurosis en
donde vive ya no le aporta las respuestas ni la seguridad para continuar con lo
que se explica, además del dolor y el sufrimiento para mantenerse en un espacio
de seguridad que le garantice la supervivencia, sobreviene una crisis, donde el
neurótico vive que su mundo se hunde, desaparece.
La Gestalt como base fundamental de la consciencia favorece
lo que llamamos Awareness o darse centa, esto es el continuum de la experiencia, es el flujo
ininterrumpido de la experiencia. Es lo que vivenciamos en el aquí y ahora sin
enmascaramientos, dejándonos llegar la experiencia tal como es. Experimentar
plenamente una situación presente; es vivirla en y con todos sus matices.
Desde este punto de vista, podemos darnos cuenta de
diferentes cosas como por ejemplo, qué es lo que estamos pensando, en qué
estamos fantaseando, qué es lo que estamos
sintiendo, qué nos ocurre en nuestro cuerpo y qué hacemos con ello. En
definitiva pasamos a vivirnos de manera inclusiva, esto es sin alienar ninguna
de las partes que nos conforman.
El flujo del darse cuenta es permanente, es algo que se da,
siempre y cuando estemos presentes en el aquí y ahora, sin embargo lo podemos
interrumpir y bloquear, evitando así de manera selectiva una u otra parte e lo
que acontece a través de los diferentes mecanismos neuróticos de defenza.
Una de las metas del proceso terapéutico gestáltico en el
neurótico, sería el re-establecer el
flujo del darse cuenta, que sea capaz de re-poseerse de su propia libertad y dejar así de lado aquellas
conductas compulsivas, previsibles y rutinarias.
Esto conlleva que el darse cuenta forma parte de una manera
no habitual de actuar, incluso va contra nuestras costumbres y de nuestro modo
de vida anquilosado y rutinario, el cual a través de la Gestalt está llamado a
transformarse en un proceso
orgánicamente vivo de continuo crecimiento.
¿Y qué ocurre si cuando una persona acude a terapia Gestalt y
surge la resistencia?
Tal como comentamos al inicio de este trabajo, este proceso
neurótico se puede dar; el cliente puede presentar lo que Perls define como catexis negativa (esto es el temor
fantasioso del cliente de que la terapia aún empeore su situación, haciendo que
pierda el “sólido” suelo bajo sus pies) aunque que la persona en un momento de
crisis existencial pueda haber acudido a terapia en busca de “ayuda” . Esta catersis negativa la podemos llamar de
resistencia.
“ …la noción de resistencia sigue siendo utilizada en el marco de la
psicoterapia Gestalt y su uso clínico oportuno ha demostrado su utilidad
terapéutica. Desde el punto de vista conceptual, podemos definir la resistencia
como mecanismo relacional que opera en el límite de contacto entre organismo y
entorno con la finalidad primordial de evitar el establecimiento de un contacto
pleno en el momento presente. De este modo, toda
resistencia es tanto resistencia al contacto acabado entre organismo y
entorno, como resistencia al contacto acabado entre cliente y terapeuta. Más
allá, para Schneider (2002), la mayoría de las veces la acción de la
resistencia apunta en dos direcciones complementarias: la evitación del
contacto pleno con la experiencia organísmica como medida de protección frente
a ciertas vivencias amenazantes (intranquilidad, excitación, miedo, dolor,
etc.) y la evitación del contacto pleno con el ambiente como medida defensiva
frente a una vivencia de demasiada cercanía o exposición.” (André Sassenfeld)
Esta resistencia en manos de un
terapeuta Gestáltico experimentado, puede ser una herramienta valiosa a la hora
de acompañar al cliente. La propia resistencia nos habla del estado de
carencia, abstinencia al cual se somete el cliente para estar en el mundo. Aquí
se establece la correlación del espacio terapéutico con el espacio de vida del
cliente. La misma resistencia, como mecanismo, que utiliza en consulta es la
misma que utiliza en su vida, llevando a un sinfín de Gestalts inconclusas,
generadoras de angustia, motivo por el cual ha ido en busca de “ayuda”.
Desde el punto de vista de la terapia gestáltica, a diferencia de la
visión psicoanalítica, las resistencias no son conceptualizadas como obstáculos
que es necesario remover para acceder con rapidez a aquello que la resistencia
intenta dejar fuera de la consciencia del cliente al limitar sus posibilidades
de contacto con los elementos del ambiente −entre ellos, la persona del
psicoterapeuta− y con sus necesidades organísmicas. Más bien, la terapia
Gestalt asume que la resistencia es un fenómeno importante en sí mismo puesto
que es una fuerza valiosa del ajuste creativo del organismo a su entorno que
fue usada, en un inicio, con el objetivo de manejar condiciones ambientales
desfavorables o dañinas (Perls et al., 1951)
Es por tanto, que la aparición de la
resistencia nos aporta un espacio de exploración rico terapéuticamente
hablando, a fin de nutrir la actitud del “darse cuenta” en el cliente. Ya que
la aparición de la resistencia señala que se ha tocado un punto donde el
cliente siente que están sus límites organísmicos y, comprensiblemente,
encontrarse con un elemento interno o externo que pone en peligro las fronteras
de la propia identidad. Esto despierta en el cliente un movimiento de retirada
o de defensa de aquello que siente que lo amenaza. El individuo actúa desde que
siente su supervivencia psicológica está en jaque. Independientemente de los
límites construidos por el cliente, esta manera de actuar forma parte
intrínseca del organismo de su cliente en cuanto ser humano.
Otro aspecto que nos muestra la
resistencia, es cómo la persona gestiona el contacto/retirada con lo que vive y
con el otro.
El modelo original del ciclo de
contacto, de la experiencia o también llamado ciclo de autoregulación
organísmica, ciclo de
consciencia-excitación-contacto como la definió Zinker, ciclo de
contacto-retirada, ciclo de satisfacción de las necesidades o simplemente ciclo
Gestáltico; éste describe cuáles son los procesos por los cuales pasa un
individuo para satisfacer sus necesidades. Se trata de describir paso a paso
qué acontece cuando una necesidad emerge y quiere ser satisfecha.
“El ciclo de la experiencia es un
modelo psicofisiológico, un proceso dirigido a lograr el objetivo final de
satisfacer alguna necesidad, o sea, el proceso que nos lleva al contacto
(Salama,P.H. y Castanedo,S.C. 1991)”
El ciclo de la experiencia también nos proporciona la
información básica para ver dónde el individuo se autointerrumpe a lo largo de
las diferentes fases. Éstas son según Zenker:
·
Reposo:
punto de partida.
·
Sensación:
emerge la necesidad, es difusa y no tiene nombre.
·
Darse
cuenta: la sensación ya tiene un nombre. (consciencia)
·
Energetización:
es la preparación para entrar a la acción.
·
Acción:
se inicia el movimiento para satisfacer la necesidad.
·
Contacto:
resolución de la necesidad interactuando con el entorno.
·
Retirada:
vuelta al estado de reposo.
Podemos darnos cuenta, en el ciclo de la experiencia o
de la satisfacción de las necesidades, a través de la Figura/Fondo por el que las necesidades
emergen a nuestro darse cuenta, se hacen figura, y el organismo de forma
natural tiende a completarlas, a satisfacerlas; de no ser así, la necesidad no
satisfecha vuelve al fondo convirtiéndose en una Gestalt incompleta que volverá
a emerger hasta que la atendamos.
Zinker entre el punto de Sensación y Darse cuenta
decía que podría aparecer un factor perturbador interno o externo.
Ejemplo de perturbación interna:
1. Estoy
adormilado en la cama.
2. Deseo
leer algo interesante y penetra en mi consciencia.
3. Recuerdo
una determinada librería.
4. Voy
y compro el libro.
5. Estoy
leyendo.
6. Me
he cansado. Dejo el libro a un lado.
Ejemplo de perturbación externa:
1. Estoy
acostado.
2. Una
mosca me recorre la cara.
3. Tomo
consciencia del perturbador.
4. Me
siento molesto y busco un matamoscas.
5. Mato
la mosca.
6. Vuelvo
a la cama.
Podemos concluir que en una persona “sana” la
satisfacción de las necesidades ha recorrido todo el ciclo de la experiencia. (Llamamos
“persona sana” a la que su energía organísmica fluye de forma
natural y espontánea) en la persona perturbada (aquella en la que su flujo
organísmico hacía la satisfacción de sus necesidades esta autointerrumpido) o
neurótica el ciclo es constantemente interrumpido, generándose así lo que llamamos
la neurosis. Ésta no es más que una manera de sobrevivir, de actuar y de ser no
auténtica con lo que hay; haciendo que sólo “estemos” parcialmente en contacto
con lo que hay, con el mundo, con el otro.
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